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La calidad es un atributo que se ha utilizado para diferenciar productos superiores durante siglos. Sin embargo, en las instalaciones de producción modernas, la calidad ha trascendido de una comparación nebulosa a una profesión y una filosofía.
En los últimos 70 años, los fabricantes (con la ayuda de algunos pioneros) se han planteado preguntas más perspicaces sobre la calidad. Este viaje creó un sistema holístico que utiliza estadísticas, ciencia y principios de gestión conocido actualmente como sistemas de gestión de la calidad (SGC).
Origen del movimiento por la calidad
El SGC moderno se debe a algunos innovadores clave, como Joseph M Juan, Phillip Crosby, Walter Shewhart y W. Edwards Demming, que fueron los primeros en reconocer la importancia de un enfoque analítico de la calidad. Desarrollaron controles estadísticos y enfoques de gestión que pretendían mejorar la producción, la fiabilidad de los productos y establecer objetivos de calidad alcanzables y medibles.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las empresas japonesas empezaron a utilizar estos conceptos con gran efecto. El compromiso de estas empresas con la calidad como concepto ayudó a diferenciar sus productos en el mercado.
Tras el éxito de sus homólogas japonesas, las empresas estadounidenses y otras (en particular la Ford Motor company) empezaron a aplicar los mismos principios. Este enfoque en la calidad llevó al Congreso de los Estados Unidos a establecer la Premio Nacional a la Calidad Malcolm Baldridge en 1987, que reconoce y distingue a las empresas estadounidenses que instauran con éxito un SGC. Este honor ayudó a impulsar el desarrollo en Estados Unidos.
Calidad hoy
El SGC moderno se inspira en gran medida en sus conceptos fundacionales originales. Los sistemas de gestión de la calidad deben seguir incluyendo a la totalidad de una organización. Mantienen la importancia del control estadístico de los procesos, el compromiso de la dirección y unas expectativas claras y mensurables centradas en la mejora continua. Además, la participación activa sin miedo a compartir o documentar los problemas sigue siendo un elemento clave. Sin embargo, el SGC moderno ha evolucionado para adaptarse a las necesidades de las empresas individuales.
¿En qué consiste un buen SGC?
No existe una lista de comprobación que defina un buen SGC. Lo que hace que un SGC tenga éxito es la adhesión a los principios y el reconocimiento de la importancia de una calidad constante. Existen muchos buenos modelos de SGC que ofrecen a las organizaciones grandes directrices a seguir, pero una talla no sirve para todos. Varias organizaciones independientes han creado certificaciones que permiten a personas ajenas a la empresa evaluar la credibilidad del SGC de un fabricante. Una de las instituciones más renombradas es la Organización Internacional de Normalización (ISO).
ISO E ISO 9001
La Organización Internacional de Normalización, conocida como ISO por la palabra griega "isos" (igual), se creó para hacer frente a un mundo en vías de globalización. Se ha convertido en una organización independiente que establece normas y mejores prácticas para crear cierta uniformidad entre los diversos sectores de fabricación.
En la actualidad, los comités ISO poseen normas para muchas industrias diferentes y mantienen una posición respetada en todo el mundo. Una norma es ISO 9001que aborda específicamente el SGC de una empresa. ISO 9001 es un conjunto genérico de normas que establecen protocolos de buenas prácticas para un SGC. Cualquier empresa puede seguir las normas, pero la certificación requiere una auditoría independiente cada dos años. Cabe señalar que la propia organización ISO no realiza auditorías.
Obtener una certificación no es tarea fácil y requiere una inversión significativa de tiempo y dinero por parte del fabricante. Un SGC certificado requiere que todos los aspectos de una organización piensen en la calidad y se comprometan con los protocolos desarrollados. Los auditores externos se aseguran de que los fabricantes con certificación ISO 9001 siguen la documentación y las técnicas de control establecidas en el SGC de la empresa. El incumplimiento puede dar lugar a la revocación de la certificación de una empresa. Un SGC con certificación ISO 9001 es la mejor certificación disponible para garantizar que una empresa mantiene su compromiso de control de calidad.
Evaluar un SGC
Las normas, como la ISO 9001 con certificación de tercera parte, ofrecen a los usuarios finales y a los especificadores una instantánea rápida de la responsabilidad y el dominio que una empresa aplica a su SGC. Aunque no poseer una certificación de tercera parte no es necesariamente motivo para descartar un determinado producto, muchos sectores han adoptado como requisito la certificación de tercera parte del cumplimiento de la norma ISO 9001. En lugar de una certificación, los especificadores y los usuarios finales deben revisar el plan de control de calidad de la empresa, la documentación creada y las acciones correctivas dentro de la documentación. Además, el compromiso general puede evaluarse mediante los conocimientos específicos sobre calidad demostrados por la dirección de una empresa.
Al proporcionar a nuestros clientes los conocimientos que hemos adquirido en nuestro propio viaje hacia la calidad, esperamos capacitar a aquellos a los que servimos. Puede consultar la lista de certificaciones de Brentwood en nuestro sitio web.